A veces los milagros ocurren y sus historias siempre valen la pena ser contadas.
A veces los trabajadores de los hospitales pueden realmente marcar la diferencia y alguien tiene una verdadera vocación de ayudar a los demás, con plena confianza en la ciencia.
Un niño en peligro
Cole Carter es un bebé de 7 meses de edad, nacido con una muy seria malformación hepática, atresia biliar. Como sucede con frecuencia en estos casos, lamentablemente los padres y familiares, que se sometieron inmediatamente a pruebas para verificar la posibilidad de ser donantes, fueron considerados no aptos.
La condición era muy seria el riesgo de que el pequeño no lo lograra. Como la situación estaba empeorando, la condición del bebé estaba empeorando, una enfermera del pabellón preguntó si podía hacer las pruebas ella misma y ofrecerse como voluntaria para la donación.. La mujer estaba segura de que le salvaría la vida dándole un pequeño trozo de su hígado.
Una intervención decisiva
Sucedió en Centro Médico St. Luke’s en Meridian en Idaho. La enfermera explicó que En el abdomen del niño se sigue formando líquido que no fue manejado por el hígado y ya se han realizado dos operaciones de drenaje..
Sarah HarrisEste es el nombre de la mujer, conocía al pequeño Cole desde que tenía sólo dos meses de edad y, viendo que su condición seguía deteriorándose, tomó la decisión que permitió que toda la familia Carter renaciera: «Él merecía vivir y yo lo hice».dijo en una entrevista con el Daily Mail.
La intervención fue urgente y duró más de 14 horasCuando el niño volvió a abrir los ojos, ya no estaban amarillos por la enfermedad, sino que habían vuelto blancos y vitales, lo que demuestra lo rápido que puede recuperarse un organismo joven.
Para los padres del pequeño Cole, Sarah ha sido como un ángel, porque es gracias a ella que su hijo puede ahora crecer sano y tal vez llegar a ser médico en el futuro.
